El Consejo
Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte ha comenzado
a certificar las primeras Picotas de las cuatro variedades certificadas: Pico
Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés, esta última, la más
apreciada por ser la que más tiempo madura en el árbol al sol, y por tanto es
la más dulce.
El presidente del Consejo Regulador,
José Fernández, comentó que “este año aumentará la producción y creemos que se
recogerán aproximadamente unos 10 millones de kilos de Picota del Jerte”. “Este
aumento no afectará a la calidad del fruto que, al igual que el año anterior,
será excelente”, añade Fernández.
En el Valle del Jerte el cultivo de
las cerezas se desempeña de una manera natural, tradicional y sin aditivos, lo
que consigue que las cerezas y picotas tengan un sabor único y un altísimo
contenido en vitaminas, oligoelementos, flavonoides, etc. Tras una cuidadosa
selección a pie de árbol, de acuerdo a un riguroso control de calidad, sólo las
mejores se identifican con el sello de la Denominación de Origen Cereza del
Jerte.
Las Picotas
del Jerte son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y dulzura.
Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más
características que las diferencian del resto: su textura carnosa y más
crujiente, su tamaño de un calibre de menor tamaño - comprende desde los 22 a
los 26 milímetros- y su sabor más dulce y su color. Su cultivo natural y su
recogida y tratamiento tradicionales multiplican sus propiedades y permiten que
lleguen a los mercados en el momento óptimo para el consumo.
Este
producto cada vez está más demandado tanto en el mercado nacional como
internacional, sobre todo en Alemania y en Reino Unido. El 70 por ciento de la
producción de Picotas del Jerte se exporta.
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