Materias primas no industriales, la
mayoría humildes y sencillos: harina, azúcar, aceite, ajonjolí, matalahúga,
miel, almendras, nueces o avellanas. Pero el secreto del porqué superan los
siglos como referentes de la repostería de calidad reside en valores
intangibles: la virtud, el amor, el tiempo que le dedican y un perfecto
equilibrio entre los ingredientes, que dan como resultado creaciones totalmente
artesanales y permiten mantener vivos al paladar los sabores de recetas
centenarias.
La 8ª Feria del Dulce de Convento
convierte desde hoy jueves, 5 de diciembre, y hasta el domingo, 8 de diciembre,
al Palacio de Congresos de Torremolinos en escenario de la cita navideña por
antonomasia en la provincia de Málaga y en Andalucía con la pastelería y la
repostería monacal. La muestra reúne un total de 241 referencias de dulces -también
sin azúcar- de 39 conventos de clausura de seis provincias de la región, todas
reunidas en un mismo espacio
Organizado por el Palacio de Congresos
y el Ayuntamiento de Torremolinos, la feria tiene como fin social contribuir al
sostenimiento de los gastos diarios de esas órdenes y al mantenimiento de los
conventos y monasterios participantes, en muchos casos de enorme valor
histórico-artístico. El alcalde del municipio anfitrión, Pedro Fernández
Montes, ha presidido esta mañana el tradicional corte de cinta y apertura de la
exposición y venta de estas especialidades, no solo navideñas.
A los tradicionales mazapanes,
hojaldrinas, borrachuelos, pestiños, roscos de vino, mantecados de múltiples
aromatizaciones y pastas de naranja o limón; se suman especialidades tan
evocadoras como lo bienmesabe, los trinitarios, las trufas, las yemas,
sultanas, cordiales, Ave María, hugolinas y turrones de chocolates que alguna
vez fueron elemento de tentación: ‘Tentación de Fray Maseo’, ‘Sueño del Papa
Inocencio IV’ y ‘Transparencia de Santa Clara’.
La obra de una veintena de órdenes
religiosas de clausura están representadas en esta feria. Cinco conventos de Cádiz, 4 de Córdoba, 6 de Jaén, 12 de
Sevilla, 5 de Málaga y 7 de Granada, ponen a la venta en esta feria, convertida
ya en un clásico del calendario provincial, los dulces que se han transmitido
de generación en generación hasta nuestros días, y que han convertido a los
monasterios en guardianes de muchas de las recetas más tradicionales de la
gastronomía española.
De entrada libre, la 8ª Feria del Dulce
de Convento abre sus puertas en horario de 11’00 a 14’00 horas y de 17’00 a
20’00 horas; y reúne unos 3.400 kilos de especialidades cuyos precios, según
producto y peso, oscilan desde los 4 euros hasta los 21 euros de las apreciadas
Yemas de San Leandro; y donde también pueden encontrarse artesanías figurativas
confeccionadas por las monjas del convento de las Carmelitas Descalzas del
Corazón de Jesús de Montemar (Torremolinos).
Entre las órdenes religiosas
representadas en esta feria estarán las Clarisas, Agustinas Recoletas,
Dominicas de la Orden de Predicadoras, las Carmelitas, Agustinas, Franciscanas,
Bernardas, madres Trinitarias , Carmelitas Descalzas, Carmelitas Calzadas,
Franciscanas Descalzas, Comendadoras de Santiago o las Monjas del Carmelo,
entre otras.
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